Aunque ambos son franceses, ellos están totalmente enamorados de Madrid. Sobre todo, del centro de Madrid. De sus calles, sus tiendas, sus terrazas, sus bares, la gente, etc. Su sueño era vivir en el centro de Madrid, y así es. Por eso, su postboda no podía ser en otro lugar.
La sesión empezó en un bar de cócteles muy peculiar “Salmón Gurú”, con una luz tenue, decorado con luces neón y un toque asiático y con un ambiente muy guay. Ellos pidieron unos cócteles, se rieron, hablaron, se dieron besos, y nosotros, capturando todos los momentos. ¡He de decir que nos quedamos con las ganas de probar esos cócteles!
Más tarde fuimos dando un paseo por las calles y disfrutando de los rincones especiales para ellos.
Fue una tarde especial en la que todos disfrutamos mucho. Además, la terminamos de la mejor manera: tomando unos mojitos y hablando de la vida.