Belleza francesa y simpatía.
Charlotte y Bruno son una pareja muy divertida y alegre. Y su boda no podía ser de otra manera que así. Natural, con mucha chispa y con un toque amarillo. Tanto las damas de honor como los testigos llevaban en sus trajes el color amarillo limón para darle ese toque fresco y diferente a todo. Como también lo fue el vestido de la novia, que nos dejó alucinados a todos por su belleza e historia. Su padre fue el encargado de confeccionarlo y coserlo a mano durante meses, y el resultado fue espectacular. Un vestido de princesa precioso con mucho brillo y glamour que junto con sus zapatos rosas de purpurina, hacían un look único.
Fue una boda muy cercana, donde pudimos notar en todo momento el amor incondicional de sus amigos y familiares, que durante todo el día no dejaron de reir, bailar y disfrutar a tope.
Sin lugar a dudas, no podrían haber elegido mejor lugar para esta gran celebración. La Finca la Estación en Otero de Herreros, no es sólo una finca, sino mucho más. Un entorno industrial increíble. Cada rincón es único y lleno de magia y cuentan con un equipo espectacular que hace que todo sea perfecto.
El cóctel fue muy divertido, con música flamenca en directo. Y por la noche, los amigos de Bruno cogieron las guitarras acústicas y se marcaron unos temas antes de que empezara la gran fiesta.
Nosotros lo disfrutamos como enanos. Y es que no hay nada mejor que trabajar en un lugar donde te sientes cómodo y con una parejaza genial que te hace sentir parte de la boda en todo momento.
Finca: La Estación
Catering: Artigot
Flores: Loving Lavanda
Música: High Volume